domingo, 11 de noviembre de 2012

Cumaná/Venezuela requiere políticas turísticas acertadas


“La reputación de un destino turístico es el resultado de la imagen positiva del mismo, compartida por todos sus grupos de intereses (stakeholders) de manera sostenida en el tiempo; con respectos a los valores de: autenticidad, honestidad, responsabilidad e integridad de la oferta de bienes y servicios que confluyen en la actividad turística por parte de los gestores públicos y corporativos” fue  la conclusión realizada sobre la investigación de “Destinos turísticos reputados. Una aproximación teórica a un modelo de medición”, realizada por Cristina Marcano, profesora del Centro de Investigaciones Turísticas de la Escuela de Hotelería y Turismo del Núcleo Nueva Esparta de la Universidad de Oriente.
Con base en la investigación acerca de la teoría de Reputación Corporativa del Monitor Español Merco y en la Teoría de Reputación de Ciudad planteada por el investigador Justo Villafañe, representante de la mencionada institución; el estudio refiere los conceptos señalados en las teorías de sistemas turísticos para la creación del nuevo concepto de Reputación de Destinos Turísticos o Destino Turístico Reputados.
De acuerdo a la reseña realizada, para lograr la medición se establecen los elementos de estudio para el análisis de un Destino Turístico; así como las nuevas tipologías, destacándose el Destino No Apto, Insipiente, en Crecimiento, Consolidado y Reputado. Además, Marcano propone una escala de valoración para medir la reputación de los Destinos Turísticos, según la tipología generada para la creación del Índice de Reputación de Destinos Turísticos, identificado con las siglas Irdet.
En ese sentido, explicó que se trata de una disertación fundamentada en la contemplación profunda y reflexiva de las teorías existentes acerca de Reputación y Turismo.
“Creamos el modelo en una primera parte para evaluar los elementos de un destino turístico  que lo hacen reputable. Para ello, se  revisaron todos los elementos del destino turístico, propuesto por diferentes autores,  se escogieron algunos de los elementos que plantean Fernández Well y se le agregan otros considerados adecuados para la evaluación que tiene que ver con acceso, servicios (restaurantes, alojamiento, mecanismos de comercialización, políticas gubernamentales y los atractivos naturales o artificiales que son motivo de viaje)”.
La escala fue considerada del uno al 10 para evaluar los destinos.
Marcano no descartó la posibilidad de proponer esta investigación al Gobierno venezolano a través del Ministerio del Poder Popular para el Turismo, como ente rector que se puede encargar de la aplicación de este instrumento.
“Las recomendaciones tienen que ver con políticas turísticas acertadas, a través del conocimiento de las necesidades del visitante y darle mucha estabilidad al destino. La gente no viaja a un destino donde no se sienta seguro, donde los índices implican o indican que Ud. puede ser víctima de un robo, maltrato, donde el servicio es malo y la opinión generalizada no sea buena”.
Destacó la importancia de mantener una buena imagen, creada no solamente con una buena  campaña publicitaria o plan de mercadeo sino también que el turista compruebe que aquello que se dice en publicidad sea verdad y pueda disfrutar de sus vacaciones de manera agradable.
Reconoció que en el caso de Venezuela, Margarita y Mérida eran referencia para el país y el mundo en materia turística, pero han decaído.
“En el caso de Margarita antes era  visitada por alto porcentaje de turistas internacionales que han desaparecido, es decir, han emigrado a otros destinos, sobre todo por la misma competencia del turismo del Caribe, (se han ido a Aruba, Curazao y otros destinos con características similares, pero donde tienen seguridad, más estabilidad  sobre todo estabilidad de carácter político de manera que hemos perdido ciertos mercados”, aseveró.